martes, 18 de marzo de 2008

Cosas que NO se deben hacer en una boda

Cosas que NO se deben hacer en una boda

Los Novios has estado preparando esta celebración con sumo cuidado desde hace mucho tiempo y por supuesto por una gracia no debemos estropearles el gran día. Hay detalles en las bodas que nunca jamás se deberían repetir. Aquí os escribo algunos de ellos:

Por protocolo:

- Aplaudir en la Iglesia como si se tratase de una obra de teatro.

- Gritar improperios o expresiones soeces.

- Colocar petardos a la salida de la Iglesia.

- Los hombres: quitarse la chaqueta .

- Los hombres: quitarse la corbata.

- Las Mujeres: ir vestidas de blanco (si la novia va de blanco).

- Las mujeres: no llevar medias.

Por mal gusto:

- Escribir y colocar carteles anunciando la boda del tipo “la narizona se casa con el murciano” y una foto de ambos.

- Adornar el coche de los novios de alguna forma en la que los novios se puedan sentir incómodos.

- Entrar en la habitación del hotel / casa de los novios y llenarles la cama de migas, llenar la habitación con globos de agua, hacer desaparecer las sabanas y toallas, …

- En el Restaurante arrojar migas de pan u objetos de mayor tamaño.

- Comprar objetos de mal gusto y dárselos a los novios en la celebración, como broma.

- Pedir dinero a los invitados por el corte de corbata o de liga (ellos ya os han entregado su regalo).

- Desnudar al novio y sacarle subido a una silla con un braguero en la cabeza.

- En conclusión cualquier cosa que pueda hacer que los novios o el resto de los invitados se incomode.

Fotografía propiedad de Digitalboda

Curiosidades y buenas maneras para la boda

Curiosidades y buenas maneras para la boda

El vestuario para una boda de tarde solo depende de los requisitos que los novios quieran:

Hombres:

- Si es media etiqueta los invitados deberán ir con corbata y chaqueta.

- Si es etiqueta se debe acudir de chaqué.

- Si es formal se debe asistir con traje oscuro y corbata.

Nunca se deben quitar la chaqueta o/y corbata en la boda.


Las chaquetas y los botones:

- Chaquetas cruzadas. Se abrochan todos los botones de la chaqueta o se lleva totalmente desabrochada.

- Dos botones: se abrocha el botón superior, nunca el inferior.

- Tres botones: se abrochan los dos botones superiores, nunca el inferior.


Mujeres:

- Si es de mañana se debe asistir con vestido cóctel.

- Si es de tarde – noche se debe asistir con vestido largo o traje de noche.

Si llevas guantes (largos o cortos) con el vestido debes siempre quitártelos para comer.

Si llevas pamela o sombrero no debes retirártelo para comer a no ser que su tamaño sea excesivo y te incomode a ti o a los invitados en el banquete.


En el Restaurante:

- Debes empezar a comer después de que estén servidos todos los invitados y esperar a que los novios coman el primer bocado.

Fotografía propiedad de Digitalboda

Matrimonio católico. ¿Quíen y para qué?

¿Quién y para qué se instituyó el matrimonio católico?

Al principio mismo de la humanidad, cuando dio a Eva como compañera de Adán, estableció Dios la institución matrimonial. Al ser Dios quien estableció la institución matrimonial, es Él mismo quien fijó sus leyes.

Aseguraba de esa manera en primer lugar la propagación de la especie humana, tal como enseña la Biblia: Dios los bendijo diciéndoles: Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra (Génesis 1,28).

Pero Dios, al instituir el Matrimonio, no tuvo como fin exclusivo poblar la tierra. No es bueno que el hombre esté solo, dijo Dios cuando Adán dormía en el Paraíso. Le haré una compañera semejante a él (Génesis 2,18).

Al crear dos sexos distintos, Dios quiso además que el varón y la mujer se complementaran el uno al otro, que se apoyaran el uno en el otro, que se amaran y contribuyeran a su mutuo crecimiento espiritual.

La institución matrimonial da origen a la familia, y su estabilidad es evidente, pues no sólo se trata que nazcan hijos, sino que además se requiere del padre y la madre que los trajeron al mundo, para darles cuidado y cariño. Esa unión de personas, la familia, resulta el lugar propicio para la perfección del individuo, ya que ella se origina y crece en el terreno del amor (amor de los esposos entre sí, de los padres a los hijos, de los hijos a los padres, de los hermanos, y de los parientes en general).

En esa unión de por vida de un hombre y una mujer, el Dios de toda bondad determinó que tanto sus mentes como sus corazones y sus cuerpos se fundieran en una unidad nueva y más rica, unidad que habría de ser para ellos camino de salvación.


Hasta los tiempos de Cristo, el matrimonio, aunque de institución divina, era sólo un contrato civil entre un hombre y una mujer. Pero Jesús tomó este contrato civil entre un hombre y una mujer y lo hizo canal de su gracia, es decir, lo transformó en sacramento para los cristianos (*)

El motivo por el que Jesús elevó a sacramento la institución natural del matrimonio no es difícil de entender. Desde el comienzo de la humanidad, el matrimonio era algo muy especial. Era el instrumento divino para engendrar, criar y educar cada generación de seres humanos. Resultaba de tal importancia para el bien social y el bien universal que de algún modo era obligado, podríamos decir, que fuera enaltecido a la categoría de sacramento.

Jesús sabía también lo difícil que resulta para dos personas vivir juntas día tras día, año tras año, con los inevitables errores y defectos de su personalidad chocando entre sí. Lo difícil de ayudarse mutuamente a crecer en bondad y perfección a pesar de estas faltas; lo difícil de vencer el propio egoísmo para poner siempre antes y en todo al otro cónyuge. No, no es sendero sin obstáculos. Y para ‘reforzar’ la idea divina de que el matrimonio es un camino para llegar al Cielo, Él lo elevó al rango de lo sagrado.

Había además otra razón para esa necesidad adicional de gracia: Jesús dependería de los padres para el continuo crecimiento de su Cuerpo Místico que es la Iglesia, de esa unión en la gracia por la que todos los bautizados somos uno en Cristo. En lo sucesivo no sería suficiente que los padres católicos engendraran, criaran, educaran y ejercitaran a la prole para la vida natural: Jesús les confiaba esta tarea también para la vida sobrenatural; había de contar con ellos para llenar el Cielo.

Es muy razonable, pues, que Jesucristo elevara el matrimonio a la categoría de sacramento. En el instante en que los novios prometen ante el sacerdote la entrega mutua de sus personas y de sus vidas, ahí está Cristo, en medio de ellos, haciendo pasar por sus palabras y sus gestos la gracia sobrenatural que transfigurará su amor humano en amor divino. Estos cristianos casados tendrán la dicha de poderse amar no sólo con su amor humano, sino también con el amor en Cristo.

lafamilia.info

Fotografía propiedad de Digitalboda


lunes, 17 de marzo de 2008

Invitaciones de Boda


Invitaciones de Boda



Las invitaciones de boda se hacen llegar por correo postal a los invitados con una antelación suficiente para que no haya prisas de última hora, es decir, unos 4 meses, aproximadamente. En ella se hace saber a los invitados que los novios se casan y se explica dónde y cuándo y también se ruega confirmación por parte de los invitados.

Respecto al tipo de invitación, hay muchas clases distintas de invitación: clásicas, modernas, formales, más informales….la mayoría llevan impreso algún motivo de boda: anillos, corazones…se trata de hacerlas a gusto de los novios y de que lleguen a tiempo. Aparte de las invitaciones y sobre todo hace unos años, también se hacían unas postales que se llaman participaciones, en ellas se hacía saber a la gente que los novios se iban a casar y que a las personas a las que les llegaba les hacían participar de que se casaban.

www.bodas.net/articulos/invitaciones-de-boda--c38

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lunes, 25 de febrero de 2008

Regímenes económicos

Regímenes económicos


Del espíritu del matrimonio forma parte primordial el amor, pero hay que tener en cuenta que en realidad se trata de un contrato jurídico entre dos personas, con derechos y obligaciones.

Por ese amor que es el motor de la voluntad de los cónyuges de unirse, en principio indefinidamente, los novios suelen obviar y desdeñar la importancia de los acuerdos económicos con el deseo y la creencia de que jamás tendrán problemas en este tema, ya que el amor mutuo solucionará cualquier problema.

Sin embargo, hay que curarse en salud, y ya que pensamos que lo peor nunca va a suceder, no pasa nada por hacernos una especie de seguro de vida mediante las capitulaciones matrimoniales.

Al fin de al cabo, nunca serán necesarias ¿no?, por tanto no deben ser problema.

El Código Civil, que es el que rige el régimen económico de los matrimonios en España, da plena libertad a los contrayentes para pactar tus acuerdos, con la limitación del principio de igualdad entre los dos que marca la Constitución. Los acuerdos se firmarán ante notario mediante escritura pública.

Por defecto, si los novios no eligen régimen formalmente, están eligiendo en realidad el de la sociedad de gananciales, salvo en las comunidades de Cataluña y Baleares donde rige por defecto el de separación de bienes

Sociedad de gananciales

Mediante este régimen los ingresos económicos, en especie o en metálico, provenientes del trabajo o los negocios de cualquiera de los cónyuges pertenece a ambos. No entran en el régimen los bienes privativos, es decir, aquellos que pertenecían al novio o novia antes del enlace, así como las herencias, donaciones, indemnizaciones, ropas, objetos personales y la propiedad intelectual (aunque no los réditos que produzcan en el futuro estos conceptos) de uno de los dos sobrevenidas durante el matrimonio.

La problemática viene del momento del reparto, en el que puede que no esté muy claro de donde provienen los bienes existentes en ese momento. Por ejemplo, es complicado determinar si el saldo de una cuenta bancaria proviene de una herencia de uno de los cónyuges, o del trabajo durante el matrimonio.

www.bodas.net
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domingo, 24 de febrero de 2008

Consejos para las Novias llenitas

Sin embargo, si aún con la mejor de las dietas no lograste rebajar esos kilitos de más deseabas eliminar, ¡no te desesperes!, existen muchas maneras para disimularlos y hacerte ver mucho más esbelta y estilizada.

Para eso tienes que utilizar un vestido de novia que posea un corte que beneficie tu figura y que posea la tela adecuada. Elegir un atuendo que beneficie nuestra figura, significa encontrar aquel que disimule nuestras imperfecciones y resalte nuestros atractivos.

Por eso te damos unos pequeños consejos para que disimules esos kilitos que no quieres que nadie vea:

  • Utiliza un escote en “V” que no sea muy profundo o un escote redondo, esto disimulará un busto abundante.
  • Cuando vayas a probarte el vestido, lleva el brassier que utilizarás el día de tu boda, de esta manera el vestido estará hecho a tu medida y de acuerdo a tu ropa interior.
  • De preferencia utiliza un corsé, de esta manera no sólo adelgazarás tu cintura, sino que la definirás mucho más.
  • El corte de vestido perfecto en tu caso es el corte en “A”.
  • Evita aquellas faldas voluminosas y con muchas aplicaciones o tules, que lo único que conseguirán es resaltar lo que tú pretendes “disimular”, recuerda la regla básica “resalta tus atractivos y disimula o desvía la atención de los demás de las pequeñas imperfecciones”.
  • Opta por utilizar telas pesadas (por ejemplo satín de seda o shantú) para que el vestido adquiera una forma adecuada y sobretodo no se te adhiera al cuerpo.
  • Puedes usar también el conocido corte imperio para disimular aquella barriguita que no quieres que nadie vea.
  • Si posees brazos un poquito anchos puedes disimularlos con un vestido de “hombros caídos” o puedes utilizar también unas coquetas manguitas bombachas de ancho mediano y no muy holgadas, colocadas a 4 dedos de los hombros hechas de una tela mucho más liviana que la del vestido.
  • Un modelo interesante es aquel que posee un drapeado vertical invertido a la altura del talle. Este tipo de vestido se caracteriza por tener escote en “V” y el talle está compuesto por drapeados invertidos que van hacia abajo y ligeramente en diagonal hacia la línea central del talle, es decir, el drapeado forma una especie de “V” en el talle que va hacia el ombligo.
  • Si no optaste ni por el corsé ni por el corte imperio, procura que el talle del vestido sea siempre por debajo de la cintura, “casi” a mitad del vientre y que la unión con la falda sea en “V” esto disimulará la barriguita y te hará ver más estilizada.
  • En cuanto a los colores, nos inclinamos por los color beige, perla o champagne ya que el vestido en color blanco puro resaltará sobremanera “todo”.
  • En cuanto al peinado puedes optar por recogerte el pelo a manera de un moño alto y ”suelto”, con ligeros mechones caídos a los lados y en el mismo moño.
  • Puedes utilizar también un delicado flequillo mediano que caiga de costado, esto te afinará mucho más el rostro.
  • Y finalmente “el consejo más importante” es que debes recordar que una novia siempre se ve bella.
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Boda Mormón

Boda Mormón



Aunque muchos conceptos y ritos son provenientes de la religión católica, una característica muy peculiar del rito mormón es que se bendice a toda la familia y no solo a los contrayentes. Y se suele vestir de blanco, tanto los novios como los invitados. Se considera que el rito del matrimonio implica a toda la familia.

Ya que los novios, establecen un nuevo vínculo de unión entre ellos, la ceremonia de la boda
es considerada por los mormones como "sello de ordenanza", significando que el hombre y la mujer sellan su compromiso para toda la eternidad (con diferencia del rito católico, que indica que "hasta que la muerte los separe").

Los anillos que se intercambian no se bendicen. Predican la castidad del matrimonio (deben llegar vírgenes al mismo) y los hijos deben nacer bajo esta unión. Al igual que en la iglesia católica, se eligen textos alusivos al vínculo del matrimonio.

La ceremonia debe tener lugar en un templo mormón, es oficiada por una autoridad de la comunidad mormona, que reconozca la capacidad de ambos contrayentes para sellar esta unión (ambos deben ser de religión mormona).

En el caso de que uno de los contrayentes no sea mormón, se admite su unión, pero solamente civil. Este rito civil es reconocido por la religión mormona, pero exige de la presencia de un Arzobispo de su iglesia o alguna otra autoridad de suficiente rango. Al igual que ocurre con la creencia católica, algunas parejas, optan primero por una unión civil y posteriormente, por la ceremonia religiosa.


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